Judas priest

Judas Priest: los sumos sacerdotes del heavy metal, un género que se rehúsa a oxidarse El quinteto británico liderado por Rob Halford fue contundente en su show del Knotfest, en el Movistar Arena. Rob Halford, la voz de judas Priest, desplegando su ritual de heavy metal en el Movistar Arena. Foto Martín Bonetto Rob Halford, la voz de judas Priest, desplegando su ritual de heavy metal en el Movistar Arena. José Bellas 14/12/2022 - 12:16 Clarín.comEspectáculosMúsica Actualizado al 14/12/2022 - 12:40 Es inevitable, por la jornada vivida, pero breve. Al final de Turbo Lover, un título que en su momento generó una división de bienes entre los fans de Judas Priest por la incorporación de elementos digitales, queda suspendida en el fondo del escenario una imagen de Messi. Quién sabe si porque el tema es de 1986, se elige creer, el quinteto de Birmingham decide darse ese gesto, con el pasaje de la Selección argentina a la final del Mundial recién asegurado, el único tribuneo posible a un estadio totalmente entregado. El pacto es tácito. La banda elige no sobrepasarse en la demagogia y el público omite cualquier cantito del estilo “el que no salta es un inglés”, pese a que la banda no se priva de hacer aparecer la imagen de la Union Jack en varias oportunidades. Sumo sacerdote. Rob Halford, al frente de Judas Priest. A los 71 años, maneja el show con estilo. El “acero británico” que titula a uno de sus discos más famosos (British Steel, original de 1980) tiene más connotación de esfuerzo y trabajo, de conciencia de clase y sudor, que de cualquier otra cosa que se pueda inferir. El guitarrista Ricky Faulkner y Rob Halford, en el show de Judas Priest, en el Movistar Arena. Velocidad y sueños eléctricos La gloria de la banda, su asunto central, se centra entre mediados de los ‘70 y de los ‘80. Fue entonces cuando la aleación mejor se forjó: un sonido de guitarras gemelas, una imaginería de cierto tono de ciencia ficción y tachas que pocos discernían que el cantante Rob Halford (el primero en salir del closet, a fines de los ‘90) extraía de su familiaridad con la cultura gay. Velocidad y sueños eléctricos para convertirse en el vórtice donde el hard rock se transforma, definitivamente, en heavy metal. La voz de Rob Halford, una de las inconfundibles del género, responde como puede hacerlo la de un hombre de 71 años, pero entrenada en virtud y experiencia. Va engranando a medida que transcurre el show, y en ese crescendo, surgen sus míticos agudos, marca de fábrica de un estilo que se completa con un look que impacta. El bajista de Judas Priest, Ian Hill, y toda su estampa heavy metal. Como si fuera el sacerdote de algún culto interestelar, su dominio de escena es peculiar: unos pasos hacia allí, otros para allá, mientras la eficiencia de los otros cuatro músicos respalda sus proclamas. Cómo fue el concierto El show es un compendio de clásicos, chequeados e inoxidables, ensamblados casi como un musical. Un Heavy Broadway que no deja de ser apetitoso para fans y ajenos. Su repertorio no evita comenzar con tres temas al hilo del distintivo Screaming for Vengeance, un álbum que este año cumplió cuatro décadas. Esos títulos, Hellion/Electric Eye, Riding on the Wind, You’ve Got Another Thing Comin’, dejan templada a la audiencia: un mar de hombres y mujeres vestidos de negro, excepto las eventualidades de las camisetas de la Selección. La teatralidad asume su punto cúlmine en Hell Bent for Leather, himno al outfit antes mencionado, donde Halford no duda en ingresar con una moto Harley Davidson y confirmar a esa Brigada Internacional de la Nobleza que es la comunidad metálica que, sí, todos vinieron a lo mismo. Y que el motor no está listo para detenerse. El público de Judas Priest. Fervor, mucho negro y alguna camiseta de la Selección argentina. Ficha Judas Priest Calificación: Muy bueno. Músicos: Rob Halford (voz), Ian Hill (bajo), Scott Travis (batería), Richie Faulkner y Andy Sneap (guitarras). Sala: Movistar Arena, martes 13 de diciembre. fuente Clarín