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sábado, 17 de diciembre de 2022

Victoria k

Reseña: Victoria K «Kore» (Rockshots Records 2022) 05/12/2022 / HEAVYMETALBRIGADE Volvemos hoy a tierras australianas para traeros el que es el segundo trabajo de los sinfónicos radicados en Melbourne Victoria K. Una agrupación que componen a día de escribirse estas líneas Martin Kawaler (bajo), James Davies (batería), Julia Mammone (guitarras) y Victoria K (voz). La banda, que debutara en pleno estallido pandémico con el largo “Essentia”, regresa de nuevo vía Rockshots Records con un “Kore” que veía la luz el 14 de octubre. Un álbum que explora temas de actualidad bajo el prisma del himno homérico a Deméter (la historia de Perséfone). Victoria K compondría las letras y desarrollaría unas melodías que terminarían de rematar los arreglos sinfónicos de Lee Bradshaw. “Prologue” emerge con timidez para introducirnos en “Kore” desde la bruma y el sosiego. Una calma que habrá de dar paso a esta “Raptum” donde el cuarteto de las antípodas irrumpe con un medio tiempo igualmente tranquilo, lastrado por una producción que distará de ser brillante. A las guitarras les falta nitidez, al tiempo que la voz de Victoria K opaca al resto de elementos con demasiada frecuencia. Si me agrada es por la forma en que irá adquiriendo un mayor peso conforme se adentre en su tronco central y por cómo su carga sinfónica arregla en parte el desaguisado. Buenos tonos altos de Victoria K aquí pero un corte algo deslucido. Tranquilo a la par que breve el prólogo de una “Mother’s Garden” que pronto reconducirá hacia tonos más reconocibles. Buena línea de batería aquí, dando cumplido apoyo a una serie de melodías, cuanto menos, correctas. La producción en líneas generales gana en equilibrio, lo que desempantana un disco que apuntaba al desastre en este aspecto. Tímidas líneas de piano, algún riff de mérito durante el puente y, por lo general, un corte que sólo alcanzo a calificar de correcto. “The Child” vendrá a añadir algo más de picante a la mezcla. Sin abandonar su senda sinfónica, la banda resulta más vivaracha aquí, recordándome por momentos a un combo tan incomprendido e infravalorado (pienso yo) como los Stravaganzza de “Sentimientos”. Victoria K deja aquí otra buena línea de voz, sin excesos ni tampoco conformismos. El buen encaje de todo el armazón sinfónico propuesto por Bradshaw y el curioso trazo de su buen epílogo terminan por culminar uno de los cortes más frescos e interesantes de todo el trabajo. “Persephone” irrumpe con un deje más rockero, más cercano a unos postreros Lacuna Coil, a lo que vendrá a contribuir el buen doble juego vocal que desarrolla. Corte que fuera anticipo del álbum pero que para nada se adherirá a los trazos simples y predecibles a los que acostumbran este tipo de cortes. Sorprende no ya el contraste entre los dos registros sino también la forma apaciguada, casi onírica, con que Victoria K se desenvuelve en estrofas, a los que confronta unos estribillos más intensos y descosidos. Estupenda. Desde un prólogo de construcción elegante y cuidada, “A Divine Revelation” habrá de coronarse como uno de los cortes mejor escritos de todo “Kore”. Victoria K sigue jugando con su registro y la composición, si bien no llega nunca a territorios desconocidos, se mantiene siempre atenta e incluso atrevida. La diversidad rítmica, el llamativo contrapunto entre baterías ágiles y voces un tanto etéreas que se produce en estribillos y el aire casi marcial que desarrollan aquí y allá. Añade a la mezcla el doble juego vocal del epílogo y tienes otra de las puntas de lanza del álbum. “Tower”, presentada allá por comienzos de septiembre, trae consigo uno de mis riffs favoritos del álbum. Dentro de lo que es un disco de estas características, pasa por ser éste un corte muy diverso en cuanto a ritmos. Atrevido incluso. James Davies se despacha con una más que curiosa línea de batería en una composición que parece en constante diálogo consigo misma. Toda esa diversidad rítmica junto a sus siete minutos largos la convierten en una más que valiente elección como anticipo, desde luego. El primer tercio de esta “Blasphemia”, si bien ahonda en la brecha más extrema y rota de “Kore”, adolecerá de una producción capaz de acompañar a ese viraje hacia territorios más oscuros. Toda su pretendida crudeza vendrá a contrastar con un puente central de marcado carácter sinfónico y grandilocuente, donde la producción sí parece acompañar a la buena labor vocal de la australiana. El cierre, más marcado y enérgico, pondrá de nuevo en evidencia esas carencias en cuanto a sonido. Un tema, en todo caso, que da la impresión de poder funcionar como un tiro sobre las tablas. Por ahí sorprende la forma en que “Pomegranate” pone el disco patas arriba. Y es que de repente la producción por momentos tan desnatada que arrastraba el álbum es un mal recuerdo y todo fluye como debe. Pero es que además vuelve a ser ésta otra composición atractiva por poliédrica, donde cabe casi de todo. Arreglos de aires orientales, el acostumbrado doble juego vocal (ojo a los tonos altísimos de Victoria aquí) e incluso escarceos que van más allá del idioma de Shakespeare. Una batidora tan poco cohesiva como refrescante y atrevida. “The Afterlife” no se conformará con menos, si bien su corta duración no permitirá el total desarrollo las muchas ideas que contiene. De hecho trae consigo buenos riffs, un correcto uso de los contrapuntos y toda su gama habitual de arreglos y buenas melodías. Incluso alguna estrofa que otra en nuestra vetusta lengua a modo de curiosidad. En el contexto del álbum se queda algo en tierra de nadie. El cierre corresponderá a la aún más breve y tímida “Epilogue”. Detalles de producción al margen, el disco nunca llega a brillar en cuanto a sonido y es una pena, lo cierto es que “Kore” tiene armas de sobra para enganchar, quizá sin enamorar, a los buenos fans del sinfónico. Los contrapuntos habituales del género están presentes. El cuidado que la banda ha puesto en la construcción de riffs y melodías es notable. También la labor de Davies en baterías, si bien el sonido de estas peca a veces de plastiquero. En el tracklist cabe algún tema que otro entre lo sorprendente y lo llamativo, con “Pomegranate” a la cabeza. Y finalmente, destacar también la acertada elección de los singles. Con especial acento en el caso de la vibrante “Tower”, siendo ésta toda una declaración de intenciones. Muy atentos ya al rumbo que puedan tomar de cara a un tercer trabajo. Texto: David Naves

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