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lunes, 19 de diciembre de 2022

Unbounded

Reseña: Unbounded Terror «Faith In Chaos» (Xtreem Music 2020) 08/12/2019 / HEAVYMETALBRIGADE unnamed.jpg Puede que Vicente Payá no sea el músico más conocido del underground patrio. Por supuesto tampoco es un cualquiera. Fundador de Unbounded Terror, una de las primeras bandas de death metal de nuestro país, también de los doomers Golgotha, miembro de Yskelgroth y Holycide… “Nest of Affliction” fue su primer largo allá por 1992. La banda permanecería un año más para después pasar al retiro y sería rescatada del olvido este mismo año. Y será a comienzos de 2020 cuando vea la luz este “Faith in Chaos”, grabado en los Kimera Recordings de Palma de Mallorca por Nico Beninato y masterizado en los Unisound Studios suecos por el omnipresente Dan Swano y que habrá de ser editado por Xtreem Music a primeros del mes de enero. El arte del disco corre por parte de Juanjo Castellano. La formación de la banda cuenta con Payá como único miembro original (guitarra), Andrew Spinosa (bajo y voz), Portas (batería) y Juan (guitarra). Hay una corta y tímida intro para romper el hielo y tras ella irrumpe “Hiding from the Light”. Medio tiempo de corte clásico, con ese pesado puente central contrastando con la velocidad del siguiente “Silent Soul”, un artefacto de death metal adrenalítico hasta alcanzar el puente central, el cual vuelve a dejarnos otro pasaje tan pesado, al menos, como muchas de las cenas navideñas que se aproximan. El final nos devuelve a la veloz estructura inicial con Portas volando sobre su batería. “Insidious”, uno de los cortes más largos del disco, también uno de los más lentos, grasientos y pesados, con ese riff recalcitrante repetido hasta la saciedad. Andrew Spinosa en su registro más oscuro termina de dar forma a uno de los temas más oscuros del disco. En contraste, “Destroyed from Within” lleva una onda mucho más death – rockera en un baile entre Entombed y Motörhead que aporta variedad y da aire al disco en su medular. El solo final, con el toque justo de reverb, me resulta tan simple como gozoso. “They Will Come from the Pain” supone otro cambio de tercio. Este que pasa por ser el corte más largo del disco, arranca con un lento y pesado riff que transpira Celtic Frost por sus cuatro costados. Más tarde intercala blast beats casi incesantes y en su parte final regresa de nuevo a la mugre y la inmundicia. A excepción hecha de ese final a medio gas, “Hated in Hell” son casi cuatro minutos de tralla sin descanso. Blast beats y riffs endiablados sin oposición alguna. “The Destroyers of Hope” coge el testigo del final anterior para transitar pesada y monolítica, revelándose como el tema más monocorde de todo el álbum. En “Engulfed by the Gods” resuenan ecos de Dismember por todos sus costados. Proporciona la obligada ración de tupa – tupas* en intuitivo contraste con otros donde la velocidad baja unas millas y ha lugar uno de mis riffs favoritos de todo el disco. El final de este “Faith in Chaos” corresponde a “Through the Flesh We Will Reach Hell”. Un festín de doble bombo con aroma evidentemente nórdico, con mucho cambio de ritmo, buenas melodías y sensación de trabajo bien hecho. Tal y como reza la nota de prensa, ha habido no poca insistencia de fans de la banda en este regreso. El resultado de esta vuelta es un disco que encapsula un puñado de influencias en poco más de media hora de gozoso death metal ora oscuro, ora veloz como el diablo, que habría de mantener a la banda felizmente entretenida los meses posteriores a la edición del disco. *Que me perdonen los picajosos pero adoro incluir esta expresión en mis reseñas. Texto: David Pérez Naves

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